March 12, 2009, San José, Costa Rica—Shark researchers from the Costa Rican organization Pretoma made a startling observation last week while studying bull sharks (Carcharhinus leucas) at the mouth of the Sirena River, in Corcovado National Park—specimens over 4 meters in length (12+ feet). The researcher’s long-line fishing gear, rigged to catch smaller pelagic sharks, proved inefficient in catching the larger coastal bull sharks.

“We didn’t expect to encounter sharks this size”, said Randall Arauz, the expedition’s Scientific Director.  “Many of the hooks and steel leaders were mangled, destroyed, or simply bitten off by the large animals, only one of which came close enough to our fishing vessel for us to take a glimpse of its amazing size, before it too broke free”, said an astonished Arauz.

An acoustic tag is placed on a juvenile bull shark. Mouth of the Sirena River

An acoustic tag is placed on a juvenile bull shark. Mouth of the Sirena River

As part of the research, the team of scientists took a smaller boat into the Sirena River where they observed schools of juvenile bull sharks, swimming at seemingly random intervals up and down stream.  Using hand lines, and under the scrutiny of the local crocodiles, the researchers caught 5 sharks, all females measuring around 1 meter in length.  Acoustic tracking devices were fastened to 4 of the animal’s dorsal fins, and their movements will now be monitored via an acoustic receiver the team placed on a buoy they anchored in the river.  Hooks were removed prior to release using dehooking devices.

The bull shark is a coastal species, common in shallow waters.  Adults are found in muddy, murky waters near estuaries and river mouths where they hunt.  Bull sharks commonly venture deep into fresh water habitats.  Juveniles also inhabit river mouths, where they feed and seek protection from marine predators in the brackish waters.  They owe their name to their “bulky” body types.  In Spanish, the bull shark is commonly called the “muddy shark”, due to its foraging habits. They are classified as “Near Threatened” by the International Union for the Conservation of Nature (IUCN).

By learning more about the bull shark, researchers hope to strengthen the case for the expansion of marine protected areas along Costa Rica’s southern Pacific coast.  “Corcovado National Park only enjoys a 500 meter no take zone, which obviously isn’t enough to provide efficient protection for bull sharks”, said a worried Allan Bolaños, a Pretoma fisheries observer.  “Our preliminary results show that these waters are essential habitat for a number of shark species, not just bull sharks”, concluded Bolaños.

During the 4 day expedition (26 February-1 March), scientists observed 13 sharks of 3 different species, including nurse sharks (Ginglymostoma cirratum) and black tip sharks (Carcharhinus limbatus).  All sharks caught were measured, sexed, and a tissue sample was taken for DNA analysis.  Curiously, all specimens were female.

A next expedition is planned for May, 2009, and the researchers will be better equipped to catch, handle and tag, the large adults.  More acoustic receivers will also be deployed in the surrounding waters to track the animals for further distances.

The Bull Shark Tagging Project is funded by the Whitley Fund for Nature (WFN), the BBC Wildlife Fund, and Pretoma’s Corporate Membership.  To learn more about Pretoma’s Corporate Membership, which allows businesses to partner with the organization and work towards the common goal of conserving Costa Rica’s marine resources, visit our website at www.pretoma.org or contact Andy Bystrom at andy@pretoma.org.

13 de marzo de 2009, San José, Costa Rica—Investigadores de la organización costarricense Pretoma hicieron una observación sorprendente la semana pasada mientras estudiaban tiburones toro (Carcharhinus leucas) en la boca del Río Sirena en el Parque Nacional Corcovado de especímenes, cual fue la presencia de tiburones de más de 4 metros de largo.  El equipo de pesca utilizado por los investigadores consistió en un palangre construido para la captura de tiburones pelágicos, el cual fue ineficaz para capturar los enormes tiburones toro costeros.

“No pensábamos que encontraríamos tiburones de este tamaño”, dijo Randall Arauz, el Director Científico de la expedición. “Muchos de los anzuelos y reinales de acero fueron despedazados, destrozados o simplemente cortados por los enormes animales, tan solo uno de los cuales pudimos arrimar a la embarcación y apreciar su enorme tamaño, antes de que pudiera liberarse”, hizo notar Arauz con asombro.

Dispositivo acústico es colocado a un tiburón toro juvenil. Boca del Río Sirena

Dispositivo acústico es colocado a un tiburón toro juvenil. Boca del Río Sirena

Como parte de la investigación, el equipo de científicos llevó una panga hacia dentro del Río Sirena donde observaron cardúmenes de tiburones toro juveniles, nadando en lo que parecían intervalos aleatorios, corriente arriba y corriente abajo.  Utilizando líneas de mano, y bajo el escrutinio de los cocodrilos locales, los investigadores capturaron 5 tiburones, todos hembras y midiendo cerca de 1 metro de longitud.  Se fijaron transmisores acústicos en las aletas dorsales de cuatro de los animales, y ahora sus movimientos serán rastreados por un receptor acústico que los investigadores colocaron en una boya anclada en el río.  Antes de liberar a los tiburones, los investigadores quitaron los anzuelos por medio de un dispositivo especial.

El tiburón toro es una especie costera, muy común en aguas de poca profundidad.  Se pueden encontrar a los adultos en aguas turbias y lodosas, cerca de los esteros y las bocas de los ríos donde cazan.  Es común que los tiburones toro se aventuren e incursionen en hábitats de agua dulce.  Los juveniles también viven en las bocas de los ríos, donde se alimentan y buscan refugio de sus depredadores marinos en las aguas salobres.  Se les llama tiburón toro por su corpulencia.  En Costa Rica también se le conoce como el “tiburón barrosa” debido a su preferencia por aguas lodosas.  Está catalogado como una especie  “Casi Amenazada” por la Unión Internacional Para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Los investigadores esperan que al aprender más sobre el tiburón toro, se pueda fortalecer la justificación técnica para la expansión de Áreas Marinas Protegidas en la costa Pacífica Sur de Costa Rica.  “El Parque Nacional Corcovado tan sólo disfruta de una zona de exclusión pesquera de 500 metros, la cual obviamente no es suficiente para proteger eficazmente al tiburón toro”, dijo de manera preocupada Allan Bolaños, Observador Pesquero de Pretoma.  “Nuestros resultados preliminares destacan que estas aguas son hábitat esencial para varias especies de tiburones, no solamente los tiburones toro”, concluyó Bolaños.

Durante la expedición de 4 días (del 26 de febrero al 1 de marzo), los científicos observaron 13 tiburones de 3 especies diferentes, incluyendo tiburones gata (Ginglymostoma cirratum) y tiburones punta negra (Carcharhinus limbatus).  Todos los tiburones capturados fueron medidos, su sexo determinado y se les tomó una muestra de tejido para un análisis de ADN.  Curiosamente, todos los especímenes fueron hembras.

La próxima expedición está planeada para mayo del 2009, y los investigadores estarán mejor equipados para capturar, manipular y marcar a los adultos grandes.  Además, se colocarán más receptores acústicos en las aguas alrededor del sitio para rastrearlos por distancias más largas.

El Proyecto de Marcaje de los Tiburones Toro es patrocinado por la Whitley Fund for Nature (WFN), la BBC Wildlife Fund, y la Membresía Corporativa de Pretoma.  Para aprender más sobre la Membresía Corporativa, el cual permite a las empresas establecer una sociedad con la organización y trabajar hacia el objetivo común de conservar los recursos marinos de Costa Rica, visite nuestro sitio Web a www.pretoma.org o contacte a Andy Bystrom a andy@pretoma.org.